
Inicialmente, la profesión se formalizó desde el enfoque Tayloriano de la especialización de funciones en la empresa. Así, el proceso de producción de software se concibe como un conjunto de tareas altamente especializadas donde está claramente definido el papel de cada categoría profesional:
- El analista, tiene como cometido analizar un problema y describirlo con el propósito de ser solucionado mediante un sistema de información.
- El programador cuya única función consistía en trasladar las especificaciones del analista en código ejecutable para la computadora. Dichas especificaciones se recogen en un documento denominado cuaderno de carga, medio de comunicación entre ambos. Esto se consideraba un trabajo mecánico y de baja cualificación.
La profesión de analista también ha evolucionado, surgiendo el concepto diseñador (de software). Esto se debe a los avances de la ingeniería del software donde se reconoce que el análisis es una actividad compleja y distinta del diseño. Escuetamente, el análisis describe el problema (es decir qué hacer) mientras que el diseño describe la solución (cómo hacerlo).
En la mayoría de países industrializados esto ha dado lugar a la categoría profesional del diseñador o arquitecto del software.
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